¡Buenas tardes!
Hoy os vamos a hablar un poco sobre los dos métodos de tratamiento que hay para las personas que tiene dañado el riñón. Al final os explicaremos de qué modo intervenimos los Terapeutas Ocupaciones en este tipo de casos.
La diabetes, a veces, produce tanto daño en los riñones que hace que no funcionen más. Cuando un riñón deja de funcionar, se necesita sustituir por la diálisis o por un trasplante. En la diálisis, la sangre se filtra a través de un riñón artificial o el revestimiento en su abdomen para limpiarlo. Se puede implantar riñones procedentes de un donante vivo o fallecido. Estos dos métodos contienen riesgos y complicaciones, pero el trasplante ofrece mayor probabilidad de supervivencia.
Los trasplantes de riñón contienen menos riesgo para las personas que no padecen enfermedades cardíacas ni vasculares.
Antes de realizar el trasplante, el médico estudiará el sistema circulatorio para comprobar que está lo suficientemente sano para soportar el riesgo que conlleva la operación. Como sucede con cualquier operación, cuanto más saludable se encuentre la persona, mejor podrá sobrellevar el estrés físico de la intervención quirúrgica. Entre los posibles efectos secundarios de la cirugía se encuentran las hemorragias y las infecciones.
Como consecuencia de los posibles riesgos que conlleva la operación, solamente se someten a trasplantes de riñón las personas cuyos riñones ya no funcionan.
Desde la Terapia Ocupacional se pueden realizar varias terapias en grupo para que intercambien las experiencias vividas a lo largo de la operación y después de esta. También se pueden realizar terapias individualizadas para que puedan expresar los inconvenientes y las ventajas de la operación o de la diálisis, así los terapeutas les pueden dar consejos para que los pacientes puedan llevarlo de una manera más cómoda y fácil.
La intervención se centra en que el usuario se implique en el tratamiento, recupere la autoestima, en que aprenda técnicas de simplificación de la tarea y ahorro de energía en las actividades de la vida diaria (AVD), así como el re-aprendizaje o cambio en la forma de realizarlas.
Es imprescindible asesorar tanto al usuario como a la familia sobre el manejo de la persona afectada, de cómo superar la depresión y el aislamiento en las relaciones sociales, la adaptación del entorno y la prescripción, uso y manejo de productos de apoyo. La meta final de la TO es la integración óptima del usuario dentro de su entorno familiar y social, con el mayor grado de autonomía posible.
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